Por desgracia, el maltrato infantil es un grave problema (y lamentablemente frecuente) en muchas partes del mundo. Al menos el 30% de la población sufre este tipo de maltrato, y la mayoría de veces viene proviene del propio núcleo familiar de la víctima. Esto no quiere decir que sean los padres, madres o hermanos siempre los principales culpables de maltratar a un menor; los tíos políticos, cuñados, primos segundos y otros miembros integrados en la familia también son culpables de ello sin llegar a ser miembros familiares de primer grado.
El primer paso para evitar que un menor al que conocemos y que es nuestra familia (sea del grado que sea) sufra este tipo de acoso y maltrato, es saber detectar las señales y entender cómo actuar; sin embargo, esto se presenta como un gran reto para la mayoría de personas, ya que los niños suelen camuflar su dolor y miedo para no tener que enfrentarse a ello directamente.
A continuación, vamos a abordar este tema para poder detectar las señales de maltrato y para alertar sobre cómo podemos actuar ante dicha situación, ya que, si podemos confirmas con pruebas el maltrato, no debemos jamás mirar hacia otro lado.
Señales de maltrato y lenguaje no verbal.
Los niños son vulnerables y dependen de los adultos para protegerlos y cuidarlos. Sin embargo, en ocasiones, los mismos adultos que deberían brindarles amor y seguridad son los que les infligen daño físico, emocional o psicológico. Por ello, detectar si un menor de nuestra familia sufre maltrato puede ser crucial para intervenir y proteger su bienestar.
Aun así, como hemos mencionado antes, no suele ser tarea fácil e incluso a veces ciertos comportamientos suelen llamar a confusión. Afortunadamente, las señales suelen ser evidentes, y si sabemos leer el lenguaje no verbal, podremos acceder a mucha más información de lo que creemos:
- Cambios en el comportamiento.
Uno de los indicadores más evidentes de que un niño está sufriendo maltrato es un cambio repentino en su comportamiento. Esto puede manifestarse como retraimiento, agresividad, miedo o ansiedad en exceso, y en general, cambios extremos en su estado de ánimo.
Asimismo, los niños que sufren maltrato pueden sentir rechazo repentino por ir a clase o participar en actividades sociales.
- Lesiones físicas inexplicables.
Sabemos que los niños se mueven mucho, corren y juegan, y por eso a veces tienen ciertos cardenales o moretones. Sin embargo, es importante estar atentos a estos signos.
Si no encontramos ninguna explicación a la aparición constante de cortes, quemaduras u otras lesiones físicas que no concuerdan con la explicación dada por sus padres o tutores, esto puede indicar que el menor está siendo maltratado.
- Problemas de salud recurrentes o descuidados.
Los niños que son maltratados a menudo pueden mostrar signos de negligencia en su cuidado físico y de salud (falta de atención médica). Entre ellos, podemos encontrar problemas de higiene crónicos, falta de atención médica para enfermedades o lesiones, desnutrición o falta de supervisión adecuada.
- Cambios en el rendimiento escolar.
Cuando un menor sufre maltrato suele tener dificultades para concentrarse en clase, ya que está sometido a un gran estrés emocional causado por la situación que vive en casa.
Este puede ser un gran indicador; si se observa un deterioro repentino en el rendimiento académico o si el niño muestra signos de ansiedad o depresión relacionados con el hecho de relacionarse, es importante insistir e indagar sobre el tema para entender qué está ocurriendo y poder identificar (o descartar) el maltrato.
- Miedo o rechazo de la persona que lo maltrata.
Este signo puede ser muy evidente, pero a veces normalizamos que muchos niños teman o “respeten” a sus padres o familiares con gran facilidad. Es importante que distingamos estas señales ya que los niños maltratados a menudo mostrarán miedo o rechazo hacia la figura de autoridad que los está maltratando.
Fíjate si el menor se volverse reacio a hablar sobre su relación con la persona que lo cuida o si muestra signos de ansiedad cuando está cerca de esa persona; podría indicar maltrato. En este sentido, el lenguaje verbal es muy revelador: notar que un menor evita la mirada, mantiene los brazos o piernas cruzados, agacha la cabeza o aprieta los puños pueden ser señales de miedo y rechazo hacia esta situación.
- Comportamiento sexual inapropiado o conocimiento inusual para su edad.
Aquellos menores que han sido víctimas de abuso sexual pueden mostrar un conocimiento inusual para su edad sobre temas sexuales, e incluso pueden exhibir comportamientos sexualizados que no son apropiados para su etapa de desarrollo.
- Aislamiento social o ausencia de relaciones saludables.
Los menores maltratados tienden a mostrarse retraídos, aislados o tener dificultades para confiar en otros debido a su experiencia de maltrato. Asimismo, tampoco tienden a saber cómo mantener relaciones saludables, ya que la ansiedad suele dominar su forma de actuar en todo momento y tienen miedo de revelar aquello que les hace estar así.
¿Cómo podemos actuar ante un caso así?
Como mencionamos en la introducción, actuar ante la sospecha de maltrato infantil es un paso necesario e importante para poder proteger al niño y detener cualquier abuso. Es importante, por tanto, no retroceder y mirar para otro lado, ya que esto podría ocurrir en cualquier familia.
Entre los pasos a seguir ante este tipo de situaciones encontramos los siguientes:
- Mantén la calma y reúne información.
Antes de lanzarte a hacer cualquier acusación, es importante que mantengas la calma y recopiles toda la información posible que justifique cualquier sospecha de maltrato. Anota detalles específicos sobre lo que has observado, incluyendo fechas, descripciones de lesiones o comportamientos preocupantes, además de cualquier otra información que sea relevante.
- Si puedes, habla con el menor, siempre de forma comprensiva.
Si es posible, intenta hablar con el niño de manera comprensiva, sin presionarlo. Escucha atentamente lo que tiene que decir y asegúrale que está seguro y que puede confiar en ti.
De igual forma, no te desesperes si el menor decide no hablar, ya que los niños pueden mostrarte cómo se sienten de muchas maneras. El dibujo, sin ir más lejos es una buena forma de animarle a expresar lo que siente y lo que ve, y a través de ellos puedes conocer muchos detalles de su vida.
- Busca ayuda profesional.
Contacta a las autoridades que se encarguen de este tipo de casos, como los servicios sociales, la policía o un médico, para informar tus preocupaciones sobre el posible maltrato infantil. Ellos podrán investigar y tomar las medidas adecuadas para proteger al niño de manera adecuada.
- Busca el asesoramiento legal de un abogado de familia.
Tal y como defienden los profesionales de Levan abogados. S.l, en casos de maltrato infantil (especialmente si se necesita tomar medidas legales para proteger al niño) consultar a un abogado de familia puede ser nuestra mejor opción.
Los abogados de familia están especializados en este tipo de casos, por lo que te ofrecerán asesoramiento legal y representación en asuntos relacionados con la protección de menores y la intervención en situaciones de maltrato.
- Por último: no te olvides de apoyar al niño y a su familia.
Como ya sabes, muchas veces el maltrato no viene de parte de un progenitor o de un hermano, sino de alguien externo que está involucrado en la familia, y en quien ellos han confiado. Imagina el trauma tan grande que pueden llevarse unos padres al enterarse de que su tío o su primo, a quien le han confiado a su hijo, abusan de él.
Por ello, te recomendamos que brindes apoyo emocional al niño y a su familia. El proceso de intervención puede ser estresante y traumático para todas las partes involucradas, y el apoyo de amigos, familiares y profesionales puede ser fundamental para ayudarlos a superar esta difícil situación.