La educación en España es algo que siempre se ha encontrado en el centro de todos los debates de índole político. Las continuas reformas de la ley educativa han hecho que, según algunos expertos, nuestra educación haya ido dando tumbos hasta no ser de las mejores del mundo, que es lo que debería haber sido en un país que bien podríamos decir que es una de las cunas de la civilización occidental y que cuenta con uno de los idiomas más hablados de todo el mundo. Nadie pone en duda que España merece una educación de calidad y que vaya más allá de los trasfondos políticos de cada ley de Educación que se promulga.
La mejora de la calidad educativa es algo que todos tenemos en el punto de mira pero que no es tan fácil de conseguir. Con ese propósito nació la LOMCE, Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Lo cierto es que es imprescindible que formemos buenos profesionales para garantizar nuestro futuro como país y como sociedad, porque de lo contrario estaremos en una situación grave. Y es que, aunque la educación ha mejorado en España con la llegada de la democracia y en comparación con la del Franquismo, es cierto que siguen siendo necesarios algunos aspectos.
Son los datos los que nos conducen a esa conclusión que hemos tomado en el párrafo anterior. Según una noticia que vio la luz en la página web Libre Mercado, hay un ranking en el que se muestran algunas de las vergüenzas de un sistema educativo nacional que ocupa el puesto número 38 de 137, algo que no habla precisamente bien de nuestro país, sobre todo teniendo en cuenta que hay países como Indonesia o Brunéi que tienen una calidad mayor incluso sin haber necesitado invertir más recursos que nosotros. Como es lógico, esto tiene que cambiar.
Creemos que uno de los principales problemas del sistema educativo español es que se centra demasiado en algunos factores como lo son el colegio, el instituto o la universidad. Es lógico que estos centros ocupen una posición central en el espectro educativo, eso nadie lo niega. Pero, en opinión de los profesionales del Centro Universitario San Bernardo, también es importante la labor que las academias puedan realizar en materia educativa, una labor que normalmente es tenida poco en cuenta por parte de las instituciones públicas. Se trata de instrumentos que pueden ayudar a reforzar la calidad de nuestro sistema educativo y que, no en vano, están viendo cómo crece su confianza por parte de las familias.
Una fórmula que triunfa en otros países
En otras naciones, combinar la educación de personas de diferentes edades entre varias instituciones es una idea que ha reportado muy buenas noticias. En Alemania, el trabajo diario de colegios, institutos y universidades se ve complementado por la asistencia de un importante porcentaje de alumnos a una academia que termina por pulir todas aquellas cuestiones a las que no puede llegar la educación del día a día. Y así ha ocurrido no solo en el país teutón, sino también en las naciones escandinavas, en Japón o en Estados Unidos.
Un trato más personalizado
La clave del éxito de la propuesta a la que nos veníamos refiriendo en el párrafo anterior es que el alumno encuentra en la academia un lugar en el que tiene más tiempo para que el profesor o profesora le explique sus dudas con más profundidad. Ni que decir tiene que eso realiza una contribución muy grande al hecho de asimilar una información y comprenderla, el proceso por el cual terminamos generando conocimientos y que es la base de todo proceso de aprendizaje.
Es curioso comprobar cómo algo que ha estado persiguiendo sin descanso el ámbito especialmente universitario (a través del Plan Bolonia) lo ha conseguido un grupo de entes que no tienen nada que ver con la organización de una universidad, como es el caso de las academias. Son ellas las que han sido capaces de ofrecer al alumno o alumna ese trato más personalizado del que os estamos hablando y que tan importante ha sido, es y será para conseguir los propósitos educativos que deben ser marcados, fijados y perseguidos sin descanso por un país.
Debemos confiar en todas las herramientas que están a nuestro alcance para hacer de nuestra educación una verdadera herramienta de conocimiento y de cimentación del futuro. Dejar de lado a unas y dedicar todos los recursos a otras no es la mejor solución y es eso lo que ha pasado en España, algo que ha terminado dirigiendo a nuestra educación a un puesto no muy destacado en lo que a calidad se refiere. Nunca menospreciéis todas las ventajas que vienen asociadas a las academias, porque está claro que tienen un papel clave a la hora de construir profesionales. Y eso es de lo que se trata.