Dicen que estamos hechos de historias, por eso en esta oportunidad quiero contarles la historia de cómo una ventana logró que mi familia y yo nos volviéramos más unidos.
Todo empezó un día de invierno donde las temperaturas se habían vuelto demasiado bajas, el frio que había fuera de casa era tan potente que incluso con la calefacción en su máxima potencia el frio te congelaba hasta el alma.
Cuando hace tanto frio lo único que uno quiere es estar en cama, con calentadores, edredones, y con una taza de chocolate caliente para calentarte. Aunque para muchos hacer esto es el mejor plan que existe, para otros puede causarnos tristeza y nostalgia porque somos personas que nos encanta la luz del sol, el calor del verano o los colores de la primavera, y en ese caso, como sabemos, el invierno puede ser muy gris. Particularmente yo soy de esas personas que pertenecen al equipo de fans del verano, el invierno me hace sentir triste y nostálgica.
Volviendo a la historia, ese día frio me encontraba sola en mi habitación con muchísimo frio y de repente comenzó una horrible ventisca que resquebrajó la ventana de mi cuarto. Sí de por sí el frio era muy intenso, al romperse la ventana pensé que estaba viviendo dentro de una película en la que iba a morir congelada.
Salí de mi pieza en búsqueda de mi papá para ver que podíamos hacer, de forma general siempre me he considerado una persona independiente y no me gusta molestar a nadie por ningún motivo y mucho menos a mi familia, pero en esta ocasión se me hizo realmente necesario.
No obstante, no lo encontré por ninguna parte de la casa. Comencé a preocuparme no solo por la fisura de la ventana de mi habitación, sino porque pudo haberle pasado algo por la ventisca tan fuerte; así, busqué el móvil para localizarlo, pero aparentemente las comunicaciones se vieron afectadas, por lo que comencé a entrar en pánico y me puse a llorar.
Entre el frio y no saber dónde se encontraba mi progenitor, se sumó otra preocupación que, con la fisura de la ventana, la humedad comenzara a dañar las cosas de mi habitación si no se solucionaba eso rápido. Busqué algo con lo que pudiera repararla por mi propia cuenta, pero de ventanas no sé absolutamente nada y por supuesto mi conocimiento sobre reparaciones también era igual de nulo.
Cuando estaba a punto de entrar en estado de desesperación, mi progenitor por fin apareció, sentí un gran alivio, y corrí a contarle lo que había sucedido. Primeramente, me tranquilizó con un abrazo, asegurándome que no tenía nada por lo cual preocuparme y que absolutamente todo en esta vida tiene solución.
Nos dirigimos a la habitación, efectivamente mis preocupaciones comenzaron a convertirse en realidad, la humedad y el frio se estaban apoderando de todos los rincones de mi habitación. Mi padre observó el daño de la ventana y no existía modo alguno de repararlo y que debíamos esperar que todo pasara para sustituirla. Casi me pongo a llorar ante la noticia, porque eso significaba que esa noche no iba a poder dormir en mi habitación. ¿Dónde iba a hacerlo? ¿Y con tanto frio? Además, que a mí me encanta la privacidad, tener que compartir habitación no es para nada algo mío.
Mi papá al notar que estaba a punto de llorar, me abrazó y me dijo que no me preocupara que apenas pasara la ventisca y la temperatura se estabilizara un poco, iba a sustituir mi ventana de acuerdo a las indicaciones que había aprendido gracias a los tutoriales de Crearsur Ventanas, para que pudiese estar nuevamente en mi habitación en poco tiempo.
Eso me hizo sentir bastante mejor, pero seguía preocupada por tener que dormir en otro lugar que no es el mío, solo que entendía que en esta ocasión era eso o no dormir y por supuesto eso tampoco era opción.
Entonces, con mucha timidez pregunté que donde iba a dormir mientras se podía solucionar el problema de la ventana de mi habitación. En eso, mi mamá también llego a casa con mi hermano, rápidamente los pusimos al día con lo sucedido y ambos me consolaron.
Por otra parte, las habitaciones de la casa son poco espaciosas así que tener que compartir cama con alguno iba a terminar por ser incómodo. En ese momento fue cuando a alguien se le ocurrió una brillante idea: hacer como una especie de fiesta de pijama en casa, pero en vez de con amigos cercanos, con tu familia. A todos nos pareció un plan muy guay. Pero primero había que evitar que el frio siguiera haciendo estragos en mi habitación.
Para solucionar eso, se hizo una llamada a los expertos de CrearSur ventanas, donde nos indicaron que simplemente retiráramos de la habitación las cosas importantes que pudieran sufrir daño alguno por el frio y colocáramos un panel en la ventana para evitar que otra ventisca pudiese terminar de fisurarla y generar daños peores.
Una vez solucionado el problema, seguimos con los planes de realizar la fiesta de pijamas en familia. Primero nos fuimos a la cocina donde preparamos palomitas de maíz, chocolate caliente y otras botanas para compartir, luego todos juntos elegimos diferentes películas para ver juntos en la habitación principal de nuestra casa.
Cuando todo estuvo listo, no solo nos sentamos en el sofá con nuestros respectivos abrigos, chocolates calientes y nuestras películas favoritas, si no que comenzamos a compartir cosas de nuestra vida, de las que casi nunca hablamos, llegamos a un punto en el que dejamos de ver películas y simplemente nos quedamos conversando sobre cuando éramos pequeños, de aventuras, de las cosas inesperadas que nos pasaron en el súper, etc. En cierto modo, fue un momento mágico.
Al día siguiente para mi buena fortuna, la temperatura se había estabilizado, seguía siendo invierno, pero el frio era soportable. Mi papá pudo sustituir la ventana de mi habitación siguiendo todo lo que había aprendido de los tutoriales, ordenamos juntos el desorden que se había formado y finalmente pude volver a tener mi habitación.
Sin embargo, desde aquel día la relación que tengo con mi familia cambió de manera positiva, comenzamos a volvernos más unidos, al menos una vez al mes organizamos fiestas de pijamas o actividades en casa como juegos de mesas o picnis cuando es verano, salimos todos juntos, hablamos sobre nuestro día, todo lo que nos pasa y aprendimos a querernos mucho más, así como a pasar más tiempo juntos.
Nunca llegué a pensar que la fisura de una ventana iba a contribuir con estar más unidos como familia, como quien dice a veces lo inesperado suele traer sorpresas muy gratas.
Esta experiencia me ha servido para entender que no importa que tantas diferencias podamos tener algunas veces con nuestra familia, ella siempre va a estar para apoyarte, brindarte una mano amiga para solucionar casi cualquier problema que se nos pueda presentar y que hay que valorarla porque puede que un día nos falte, por eso quiero darles algunas recomendaciones:
Mis recomendaciones para compartir más en familia
- Siempre que puedan abracen a su mamá, a sus hermanos y a su papá.
- Sin importar que se esté celebrando una ocasión especial díganles lo importante que son para ustedes.
- Agradézcanle todas y cada una de las cosas que han hecho por ustedes, aun cuando en algunas ocasiones no estén de acuerdo con sus decisiones, ellos siempre quieren lo mejor para nosotros.
- Organicen una vez al mes algún tipo de actividad juntos, si no es una fiesta de pijamas como en mi caso, puede ser una comida, una visita a un lugar que siempre hayan querido conocer, una noche o tarde de juegos de mesa, incluso hasta una cata de vinos es un buen plan para fomentar su unión como familia.
- Aprender algo juntos también es un excelente plan, bien sea una actividad de jardinería o hasta algo relacionado con la cocina o como hacer postres, créanme que es una experiencia bastante divertida.
- Recuerden que la base de una sociedad es la familia, si existieran más familias unidas, el mundo sería un lugar mejor.
Quiero agregar además que todo lo que nos sucede en la vida, tiene un propósito, pensé que en el mío era el quedarme permanentemente sin una habitación propia y tener que compartir otra con alguien más, pero lo cierto es que en realidad que esa ventisca le causara daños a mi ventana fue lo mejor que me pudo haber pasado porque ahora mi familia y yo estamos más unidos, nos apoyamos en absolutamente todo y siempre estamos brindándonos una mano y créanme cuando les digo que no hay algo más hermoso que eso.
Ojalá que esta experiencia les sirva para que puedan sacar algo positivo de cualquier situación que se les presente en la vida, así como también aprendan a valorar la importancia de contar con tu familia, de valorarlos de estar para ellos y de ellos estar para ti, porque ellos nos hacen ser quienes somos independientemente de todas las diferencias que podamos tener. Así que ya saben a valorarlos, quererlos y recordarles siempre cuanto significan para ustedes.