La salud bucodental en la infancia es un aspecto fundamental para el crecimiento de una persona, ya que puede influir directamente en la nutrición, el habla y la autoestima. A pesar de su importancia, el cuidado dental infantil en España sigue siendo un tema complejo, ya que no se lo toma con la debida responsabilidad, teniendo a uno de cada tres menores de seis años con presencia de caries en su dentición temporal.
Esta cifra es un llamado de atención que pone expone la distancia entre la concienciación y la práctica. Por ello, la odontopediatría moderna va mucho más allá de la simple restauración de las caries y pone el foco en la prevención temprana, en el desarrollo correcto de la estructura maxilofacial y, crucialmente, en la gestión de la experiencia del niño en la consulta para evitar la temida odontofobia.
La verdad oculta de los dientes de leche: un error de perspectiva
La traba más difícil y resistencia a la que se enfrentan los odontólogos de cuidado infantil, es la creencia de que los dientes temporales (o «de leche») no requieren tanta atención porque serán reemplazados. Este es un error grave, que suele tener consecuencias, ya que los dientes de leche cumplen funciones vitales para el desarrollo del niño:
- Guías para la erupción dental: mantienen el espacio y guían la salida de los dientes permanentes que se encuentran debajo. La pérdida prematura de un diente temporal por una caries avanzada puede llevar al desplazamiento de los dientes adyacentes, creando problemas de apiñamiento y maloclusión futuros que requerirán ortodoncia.
- Nutrición: unos dientes sanos permiten una masticación adecuada, esencial para la absorción eficiente de nutrientes y establecer patrones alimentarios correctos.
- Desarrollo del lenguaje: la integridad de la dentición es crucial para la correcta articulación de los sonidos y el desarrollo del habla.
Cuando un niño padece caries o infecciones bucales no tratadas, estas pueden derivar en dolor, problemas de nutrición y baja autoestima, afectando su bienestar general.
La prevención, única vía contra la caries temprana
La caries dental es la enfermedad crónica más común en la infancia y es casi totalmente prevenible. La odontopediatría preventiva se basa en tres pilares: higiene rigurosa, dieta y la aplicación profesional de flúor y selladores.
- Higiene y pasta fluorada: adaptación a la edad
El cepillado debe comenzar cuando aparece del primer diente (alrededor de los seis meses). La clave es la concentración de flúor en el dentífrico y la cantidad utilizada, que debe estar estrictamente adaptada a la edad, según las recomendaciones de la Academia Europea de Odontología Pediátrica (EAPD):
| Edad del niño | Concentración de flúor | Cantidad de pasta |
| 0 a 2 años (Desde el primer diente) | 1000 ppm (partes por millón) | Tamaño de un grano de arroz |
| 2 a 6 años | 1000 a 1450 ppm (según riesgo) | Tamaño de un guisante |
| Más de 6 años | 1450 ppm | 1 a 2 centímetros |
Es fundamental que el cepillado sea supervisado por un adulto al menos hasta los 8 años, ya que el niño aún no tiene la destreza manual suficiente para garantizar una limpieza efectiva.
- Selladores y flúor profesional
Dos tratamientos profesionales marcan una diferencia crucial:
- Selladores de fosas y fisuras: aplicados a los molares permanentes recién erupcionados (especialmente los primeros molares, alrededor de los 6 años), los selladores actúan como una capa protectora que rellena los surcos profundos, impidiendo que los restos de comida y las bacterias se acumulen. Los estudios demuestran que pueden prevenir hasta el 80% de las caries.
- Barniz de flúor: aplicado en la clínica, este concentrado ayuda a remineralizar el esmalte, fortaleciendo la estructura dental contra los ataques ácidos.
La importancia del factor psicológico y la primera visita
La odontofobia o miedo al dentista suele surgir en la infancia y persistir hasta la edad adulta. La prevención de este miedo es un objetivo primario de la odontopediatría moderna, que utiliza técnicas de gestión de la conducta, como la técnica «Decir-Mostrar-Hacer».
La primera visita es crucial y debe ser temprana, idealmente antes del primer año de vida o, incluso, con la erupción del primer diente, tal como recomiendan desde el Consejo Dentistas de España. Estos primeros encuentros se deben centrar en la prevención y la familiarización del niño con un consultorio dental. Además, con una detección temprana se puede establecer un programa de riesgo individualizado, monitorizando la velocidad de aparición de caries y aplicando medidas preventivas de forma dirigida. Este tipo de prevención resulta imposible si la primera visita se retrasa hasta que aparezca el dolor.
Tratar con pacientes infantiles es más que tener experiencia odontológica, los especialistas deben saber tratar a un niño con miedo. Desde Merced Clínica Dental explican que el manejo de los niños no solo se centra en la aplicación de tratamientos preventivos, sino en crear una relación de confianza y seguridad desde el primer contacto. Es importante comprender que se debe priorizar el enfoque preventivo y humano, para eliminar el estrés y las experiencias negativas, consiguiendo así que el niño vea la visita al dentista como algo natural y positivo. Priorizar el bienestar emocional del niño garantiza la continuidad del cuidado dental a lo largo de toda la vida y evita la ansiedad que detiene a muchos adultos de buscar tratamiento.
El impacto en el desarrollo maxilofacial y la ortodoncia preventiva
Otro pilar clave de la odontopediatría es la supervisión del crecimiento y desarrollo de los maxilares y la oclusión. Los dientes de leche no solo sostienen el espacio, sino que el acto de la masticación estimula el crecimiento óseo.
El papel del odontopediatra es esencial en la ortodoncia preventiva e interceptiva, ya que está entrenado para detectar problemas antes de que se consoliden:
- Hábitos perjudiciales: succión del pulgar, uso prolongado del biberón o chupete, o respiración bucal. Estos hábitos pueden alterar la forma del paladar y la posición de los dientes. La intervención temprana con aparatos simples o terapia de hábitos puede evitar tratamientos de ortodoncia complejos en la adolescencia.
- Problemas de espacio: la pérdida prematura de un molar temporal puede llevar a la necesidad de colocar mantenedores de espacio, pequeños aparatos que aseguran que el espacio se conserve para el diente permanente.
- Maloclusiones funcionales: identificar mordidas cruzadas o problemas de relación entre los maxilares en el niño en crecimiento.
La intercepción temprana, realizada durante la etapa de crecimiento activo, es significativamente más efectiva y menos invasiva que corregir problemas esqueléticos una vez que el crecimiento ha terminado. La supervisión periódica permite actuar con aparatos removibles o fijos en el momento preciso para guiar el crecimiento y simplificar la fase ortodóntica posterior.
El vínculo indisoluble: dieta, nutrición y salud general sistémica
La dieta es el principal factor de riesgo modificable para la caries. Por ello, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en reducir el consumo de «azúcares libres» a menos del 10% de la ingesta calórica diaria.
La odontopediatría aborda la nutrición desde una perspectiva de prevención:
- Frecuencia vs. cantidad: No se trata solo de la cantidad total de azúcar, sino de la frecuencia de exposición. Los snacks azucarados o bebidas carbonatadas entre comidas exponen constantemente los dientes al ataque ácido, fomentando la desmineralización.
- Caries del biberón: Un problema específico del lactante es la llamada «caries de biberón», causada por dejar al niño dormir con un biberón que contiene leche, fórmula o zumo. La exposición nocturna a los azúcares, junto con la reducción del flujo salival durante el sueño, crea un entorno ideal para la proliferación bacteriana.
- Riesgo de infecciones sistémicas: Más allá de los problemas dentales, las infecciones bucales, como los abscesos causados por caries profundas, representan un riesgo para la salud sistémica del niño. Una infección no tratada en un diente temporal puede extenderse al hueso maxilar e incluso afectar el germen del diente permanente. En casos raros, estas infecciones pueden derivar en problemas de salud más graves, como la diseminación bacteriana a otras partes del cuerpo, impactando la salud cardiovascular y respiratoria a largo plazo.
La educación dietética a los padres es un componente esencial de la consulta odontopediátrica, entendiendo que el hogar es el entorno principal para prevenir las enfermedades.
Una inversión en el futuro
Los cuidados dentales en la infancia son mucho más que una cuestión estética; son una inversión directa en la salud general, el desarrollo maxilofacial y el bienestar emocional del niño. Dado el alto porcentaje de caries infantiles en España, es necesario que los padres prioricen las visitas tempranas y preventivas.
La odontopediatría moderna ha evolucionado para ofrecer un enfoque integral: desde la aplicación de las concentraciones correctas de flúor y la colocación de selladores, hasta el manejo psicológico que transforma el miedo en confianza. Esta combinación de experiencia técnica, prevención proactiva y un trato empático define el cuidado dental del futuro. La revisión temprana permite la intercepción de problemas antes de que se conviertan en patologías complejas, asegurando que el niño crezca con una base sólida de salud oral.
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