Una de las cuestiones que nos otorga una mayor posibilidad de vivir con cierta calidad de vida y con comodidad es la seguridad. La seguridad de que, aunque algo malo nos ocurra, siempre habrá una salida tanto para nosotros como para nuestras familias. Es algo que, desde luego, hemos ido aprendiendo con el paso de los años y que saben de sobra muchas familias tanto en España como en el resto del mundo. Y el conocimiento de esto es lo que propició que emergieran, hace ya algunas décadas, miles de compañías de seguros en todo el mundo.
Hay muchos tipos de seguros y todos son válidos y cumplen la función que os hemos descrito en el primer párrafo. Cada cual tiene su prioridad a la hora de determinar cuál es el que le aporta una mayor seguridad, pero lo cierto es que todos cumplen con ese cometido. En los párrafos que siguen, la atención la tendremos puesta sobre los seguros de hogar, que se han convertido en una necesidad para miles de familias en todo el territorio español y que, desde luego, tienen un papel muy importante en lo que tiene que ver con la adquisición de una vida tranquila y alejada de problemas.
Todos sabemos que los seguros relacionados con un vehículo a motor son los más numerosos porque son obligatorios. De los no obligatorios, los que más suele necesitar la población española son los seguros de hogar. Así es como nos lo cuenta una noticia publicada en la página web del diario Expansión. Según se recoge en esta misma información, el 56% de los hogares en nuestro país tiene seguro. Y eso sirve, y mucho, para que tengamos la posibilidad de vivir más tranquilos, que al final es uno de los objetivos primordiales para la mayoría de la gente en nuestro país.
Sin embargo, uno de los datos que nos deja esta cuestión nos deja preocupados. Y es que, según indicaba la página web del diario ABC en una de sus noticias, son 9 millones los hogares que no están asegurados en España. No es lo mismo hablar de porcentajes que hablar de números reales, porque en lo que tiene que ver con la segunda opción, el miedo se dispara. Imaginaos la cantidad de familias que no tendrían ningún tipo de derecho a recuperar nada de lo que era suyo si su vivienda, por ejemplo, sufre un incendio.
Aunque es cierto que son muchas las familias que se decantan por incorporar un seguro de hogar a su vivienda por si ocurre algún imprevisto o problema con la misma, la verdad es que no todo el mundo tiene claro si, en caso de que se produzca ese imprevisto, el seguro va a responder o no. Siempre existe ese pequeño gran miedo a que nos quedemos en la estacada. Hemos querido echar mano de algunos datos relacionados con esta casuística en España y para ello hemos contactado con varios de los profesionales que se desempeñan en el bufete Albanés. Lo que nos comentan, no obstante, es tranquilizador: los seguros de hogar son los que mejor operan en nuestro país y los que más responden ante siniestros, imprevistos y problemas de sus clientes.
Las goteras, los problemas más comunes
El problema más común en el que tienen que operar las compañías de seguros en estos casos son las goteras. Tiene cierta lógica si lo pensamos. Hay una gran cantidad de personas que vive en pisos en España, y es en este tipo de lugares donde, por cuestiones lógicas, se producen más problemas de esta clase en España. No es lo mismo no vivir con nadie encima que sí hacerlo.
Otro de los problemas que ha venido siendo habitual, especialmente este año con la borrasca Filomena, es el daño producido en tejados, donde la nieve acumulada provocó derrumbes y daños que han necesitado ser resueltos con la mayor de las brevedades. Menos usuales, por suerte, son todos los desperfectos que puedan ocasionar inundaciones e incendios, que siempre son los factores más temidos por las familias en todo el país y, en realidad, en todo el mundo. Ojalá nunca nadie tuviera que pasar por ellos, pero desgraciadamente sigue habiendo problemas relacionados con ellos.
Lo que está claro es que la necesidad de disponer de un seguro de hogar es evidente y juega un papel fundamental a la hora de conseguir esa vida tranquila que queremos. De no apostar por esto, la verdad es que siempre viviremos con el miedo del “¿y si…?”. Y no es eso lo más aconsejable. Sobre todo, porque todo aquello que vemos en la tele y de lo que solemos pensar que “no nos va a pasar a nosotros”, sí que puede hacerlo. Y eso nos puede jugar una mala pasada.