Cómo proteger tus dientes del desgaste

desgaste

Nunca imaginé que mis dientes podían desgastarse sin tener caries. Siempre pensé que, mientras me cepillase bien y no abusase de los dulces, todo iría bien. Pero hace un tiempo, mi dentista me habló de algo llamado erosión dental. Me dijo que mis dientes mostraban signos de desgaste, no por una mala higiene, sino por una exposición constante a ácidos.

¿Ácidos? ¿De qué me estaba hablando? Ahí fue cuando empecé a investigar y a fijarme más en mis hábitos. Resulta que la erosión dental es mucho más común de lo que parece y muchas personas ni siquiera saben que la tienen hasta que ya es tarde. Por eso he decidido escribir este artículo. No soy dentista ni experto, pero sí soy alguien que ha pasado por esto y que ahora cuida su boca con más conciencia.

Si te interesa saber qué es la erosión dental, cómo se produce, qué síntomas tiene y, sobre todo, cómo puedes proteger tus dientes del desgaste ácido, sigue leyendo. Te aseguro que no es tan complicado como parece.

 

¿Qué es la erosión dental?

La erosión dental es, básicamente, la pérdida de la capa más externa del diente, conocida como esmalte. A diferencia de las caries, que aparecen por culpa de bacterias, la erosión se produce por el contacto directo con ácidos. Estos ácidos pueden venir tanto de la comida y la bebida como del propio cuerpo (por ejemplo, en casos de reflujo gástrico o vómitos frecuentes, como ocurre en ciertos trastornos alimentarios).

Cuando el esmalte se desgasta, los dientes se vuelven más sensibles, más débiles y más propensos a otros problemas como fracturas o manchas. Y lo peor es que el esmalte no se regenera. Una vez perdido, no vuelve. Por eso es tan importante detectarlo a tiempo y prevenir su avance.

 

¿Cuáles son las causas de la erosión dental?

Aquí fue donde me llevé más de una sorpresa. Porque uno piensa que lleva una alimentación normal y que no hace nada raro, pero cuando te paras a observar tus hábitos de verdad, te das cuenta de cuántas cosas consumes que pueden dañar tus dientes.

  1. Bebidas ácidas

Zumos de frutas cítricas, refrescos (incluso los light), bebidas energéticas, vino blanco… todo eso tiene un nivel de acidez bastante alto. Si eres de los que toma este tipo de bebidas a menudo, tus dientes están en contacto con el ácido constantemente. Yo, por ejemplo, solía beber mucha agua con limón y pensaba que era algo saludable e inofensivo. Hasta que me explicaron que ese hábito diario podía estar debilitando mi esmalte.

  1. Alimentos ácidos

Aquí entran frutas como el limón, la naranja, el pomelo o el tomate, y también productos como el vinagre o los encurtidos. No se trata de eliminarlos completamente, pero sí conviene controlar la frecuencia con la que los tomas y cuidar la forma de consumirlos.

  1. Reflujo o vómitos frecuentes

El ácido del estómago también puede afectar a los dientes. Las personas con reflujo gástrico, bulimia o cualquier condición que implique vómitos repetidos tienen un riesgo mucho mayor de sufrir erosión dental. En esos casos, no basta con cuidar la dieta: hay que tratar también el problema médico de fondo.

  1. Cepillado inmediato tras comer

Este fue otro error que cometí durante años. Pensaba que cuanto antes me cepillase después de comer, mejor. Pero resulta que justo después de consumir alimentos o bebidas ácidas, el esmalte está más débil, y si lo cepillas enseguida, puedes desgastarlo aún más.

 

¿Cómo saber si tienes erosión dental?

Para saberlo pregunté a Dental Studio, una clínica Dental que hay donde yo vivo, en Santa Eulalia del Río, y me dijeron que, la erosión no aparece de golpe. Es un proceso lento, pero cuando los síntomas comienzan a notarse, pueden resultar bastante molestos e incluso preocupantes. A veces no te das cuenta hasta que los cambios ya son visibles o sientes molestias al comer o beber. Ahora entendía por qué tenía todos esos síntomas que les describí:

  • Sensibilidad dental: Desde hace casi un año, notaba cierta molestia al tomar cosas frías o calientes. No era un dolor agudo, pero sí una sensación incómoda, como un pequeño pinchazo.
  • Color más amarillento en los dientes: Por lo visto, según me han explicado, al perderse el esmalte, se empieza a ver más la dentina, que tiene un tono más amarillento. Por eso, aunque me cepillara bien, no veía mis dientes tan blancos como antes.
  • Transparencia en los bordes: Pude fijarme de que algunos de mis dientes delanteros tenían los bordes algo transparentes, y eso también es un signo claro de desgaste.
  • Cambio en la forma de los dientes: Además de lo anterior, los bordes de mis dientes se veían más irregulares, como si estuviesen más “gastados” o limados con el tiempo.

Así que, si notas alguno de estos síntomas, lo mejor que puedes hacer es visitar a tu dentista cuanto antes. Ellos podrán hacer un diagnóstico, explicarte en qué punto estás y recomendarte el tratamiento más adecuado antes de que avance más.

 

Cómo proteger tus dientes del desgaste ácido

Una vez que sabes qué es la erosión dental y por qué ocurre, llega lo más importante: ¿Cómo puedes evitarla o frenarla? La buena noticia es que hay un montón de cosas sencillas que puedes hacer en tu día a día para cuidar tu esmalte dental.

  1. Reduce el consumo de bebidas ácidas

No te digo que dejes de tomar zumo de naranja o una Coca-Cola de vez en cuando, pero sí es importante reducir la frecuencia. Y si las tomas, mejor hacerlo con pajita, para que el líquido tenga el menor contacto posible con los dientes.

También conviene no mantener las bebidas en la boca. Hay gente que las saborea o hace buches antes de tragar. Eso es fatal para el esmalte.

  1. Enjuágate con agua después de tomar ácidos

Después de consumir algo ácido, no te cepilles los dientes de inmediato. Es mucho mejor enjuagarse la boca con agua para neutralizar la acidez y esperar unos 30 minutos antes de cepillarse. Así dejas que la saliva actúe y proteja tus dientes de forma natural.

  1. Usa una pasta adecuada

Hay pastas dentales diseñadas específicamente para dientes sensibles o para fortalecer el esmalte. Busca una que tenga fluoruro y que no sea abrasiva. Desde que cambié a una pasta de este tipo, noté una gran mejora en la sensibilidad.

  1. No te cepilles con fuerza

El cepillado debe ser suave. No se trata de frotar como si estuvieras limpiando una mancha rebelde. Usa un cepillo de cerdas suaves y haz movimientos delicados. Cepillarse con demasiada fuerza puede dañar tanto el esmalte como las encías.

  1. Mantén una buena hidratación

La saliva es la mejor defensa que tienen tus dientes contra los ácidos. Neutraliza el pH de la boca y protege el esmalte. Así que bebe agua con frecuencia, sobre todo entre comidas.

  1. Cuida tu alimentación

No es solo cuestión de evitar alimentos ácidos. También hay que asegurarse de llevar una dieta equilibrada que incluya minerales y vitaminas que favorezcan la salud bucodental. Comer queso, frutos secos o vegetales crujientes también ayuda a proteger los dientes.

 

¿Qué hacer si ya tienes erosión dental?

Si ya tienes erosión avanzada, no todo está perdido. Aunque el esmalte no se puede regenerar una vez que se ha perdido, sí se puede frenar el daño, proteger lo que queda y mejorar tanto la salud como la apariencia de los dientes. Lo importante es actuar cuanto antes y seguir las recomendaciones del dentista.

  • Barnices con flúor: Ayudan a reforzar el esmalte restante y reducen la sensibilidad que suele aparecer con el desgaste.
  • Selladores dentales: Es una capa protectora que se aplica sobre la superficie dental para evitar que la erosión avance.
  • Reconstrucciones estéticas: En casos más severos, se pueden usar carillas o resinas para devolverle al diente su forma y color original.

En mi caso, bastó con hacer pequeños cambios: evité bebidas ácidas, mejoré mi técnica de cepillado y usé una pasta especial para dientes sensibles. Con eso logré frenar el desgaste y noté una gran mejoría. No necesité nada estético, pero voy al dentista cada pocos meses para controlar que no vaya a más. La clave está en detectar el problema a tiempo y tomárselo en serio.

 

Proteger los dientes es más que cepillarse

La erosión dental fue una llamada de atención para mí. Siempre pensé que con cepillarme dos o tres veces al día ya tenía todo controlado, pero no me daba cuenta de que algunos hábitos cotidianos estaban debilitando mis dientes sin que yo lo notase.

Hoy cuido mi boca con más cabeza. No me obsesiono, pero he hecho cambios simples que realmente marcan la diferencia: bebo menos refrescos, espero un rato antes de cepillarme tras comer, y uso productos específicos. Lo más importante es tener claro que la erosión dental no es inevitable. Si actúas a tiempo, puedes evitar problemas mayores.

Si has llegado hasta aquí, gracias por leer. Espero que esta información te sirva para revisar tus hábitos y empezar a cuidar más tu salud bucodental. Porque, al final, los dientes no son eternos y merece la pena mantenerlos sanos todo el tiempo posible.

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