La construcción ha sido un verdadero termómetro para medir la potencia de la economía española desde mediados del siglo pasado, cuando nuestro país empezó a desarrollarse como un destino turístico ideal para una cantidad extraordinaria de personas. La verdad es que esta ha sido una de las actividades que nos ha permitido codearnos con las economías más fuertes del mundo y la que tiene que seguir liderando, junto con el turismo, la aportación al PIB de nuestro país. Como ya sabemos bien, si la construcción falla, todos y todas tenemos un problema de cierta gravedad.
Pero esa construcción también debe venir acompañada de un refuerzo de la industria, especialmente la que tiene que ver con la elaboración de materias primas como el hormigón, que es básico en una actividad como la que se deriva de levantar pisos, viviendas y odo tipo de construcciones. No cabe la menor duda de que el conjunto de todas estas cuestiones tiene una gran importancia para España no solo teniendo en cuenta su facturación, sino también otros elementos como, por ejemplo, el número de personas a las que emplean en todo el país. Son datos relevantes y que nunca podemos perder de vista.
Hablando del hormigón, deberíamos tener cada vez más en cuenta un elemento como el hormigón preparado, que se ha convertido en una materia cada vez más demandada. Según indica una noticia publicada en la web de CIC Construcción, la producción de esta materia creció un 12’9% en España solo durante el primer semestre del año 2019, lo que deja bien clara la apuesta que se viene realizando desde el sector por ella. Además, 2019 era el quinto año consecutivo en el que crecía la producción de hormigón armado, de lo que se deduce que esta no es una moda temporal.
Es cierto que, en el año 2020, la producción de hormigón preparado decayó a consecuencia del coronavirus. En concreto, y según lo que indica el portal web de la revista Alimarket, ese decrecimiento fue de un 8%, un dato que es menor del que se preveía en su día, que era cercano al 10%. Esto viene a decir que el sector se ha caracterizado durante estos últimos meses por tener una buena capacidad de reacción ante todos los problemas que se han ido generando a nivel social durante esta pandemia tan dura que todos y todas hemos padecido de alguna manera.
Un material que seguirá de moda
El hormigón prefabricado viene siendo tendencia en los últimos años para levantar todo tipo de edificios y son cada vez más los hogares para cuya confección se usa este material. Nos lo cuentan desde Eiros, cuyos profesionales indican que la mejora del sector de la construcción después de la caída del Estado de Alarma ha hecho posible que se reactive toda la industria relacionada con él, entre lo que se encuentra la producción de un hormigón armado que va a seguir siendo tendencia durante los próximos años.
Las personas cuyo hogar está levantado con este material nos indican que la vida es exactamente igual que si su vivienda hubiese sido levantada con otro tipo de hormigón. No hay ningún tipo de cambio y, por ende, todas las calidades se mantienen. A juzgar por los datos que se estaban produciendo antes de la pandemia y de la rápida reacción del sector relativo al hormigón prefabricado, podemos decir que la esperanza de vida de este material todavía es muy elevada. No es para menos teniendo en cuenta todo lo que hemos venido comentando hasta ahora.
Clave también para rehabilitaciones
Otra de las claves de la buena salud de la que ha gozado este tipo de hormigón en los últimos tiempos tiene que ver con las rehabilitaciones de viviendas y edificios, una actividad que se ha convertido en habitual en España en los últimos tiempos y que era muy necesaria para hacer de las ciudades y municipios españoles lugares más modernos y más seguros. Y ojo, porque España todavía tiene mucho trabajo en lo que a rehabilitación de edificios se refiere, porque comenzamos con este proyecto más tarde que otros de los grandes países de nuestro continente, como es el caso de Alemania, Francia o el Reino Unido.
El margen de mejora que nos puede otorgar este tipo de hormigón es bastante amplio y, en nuestro país, ya nos hemos dado perfecta cuenta de ello. Esa es una buena noticia para una actividad, la construcción y sus subsectores, que lo han pasado mal desde el 2008 pero que parece que, por fin, y después de incluso una pandemia que ha ocasionado tantos y tantos problemas, empieza a erigirse una vez más como el principal estandarte de la economía española.