Parece sencillo, pero no lo es. Empaquetar bien un producto que quieres enviar por paquetería, porque lo has vendido por internet o porque se los quieres mandar a alguien, puede reducir los costes de envío y hacer que el producto llegue en perfectas condiciones a su destinatario. Te cuento cómo lo descubrí.
Hace tres años vendía libros y fanzines desde mi blog que luego enviaba por correo. En aquella época, mi pareja se aficionó a la compra por internet. Algunos artículos que recibía, los tenía que devolver. En ese momento aprendimos más de paquetería que el resto de nuestra vida.
Durante la pandemia del COVID-19, como me sobraba tiempo y estaba aburrido en casa, abrí un blog de música. Más concretamente sobre la historia del Rock. Mis lectores más asiduos, que tenían entre 40 y 60 años, no muy ductos en los archivos digitales, me pedían un soporte físico. Una especie de revista o libro. El caso es que cogí mis mejores artículos y me puse a montar un fanzine. Ya lo había hecho cuando estaba en la universidad, pero habían pasado 25 años, y por entonces, no los vendía por correo.
Maquetaba mi revistilla con una platilla de Word, la transformaba en PDF y se la enviaba a una imprenta que no estaba lejos de mi casa. Con el fanzine en la mano, enviaba WhatsApp a mis amigos y les ofrecía vendérselo. En la web incluí un formulario de pedido y algunas ventas me salieron de allí.
Para no encarecer el producto, buscaba que el envío llegara de forma segura, pero que no fuera muy costosa. Eran envíos personalizados. Cada semana enviaba 10 o 12 paquetes a diferentes lugares de España.
Después de probar sobres acolchados con plástico de burbujas en el interior, de comprar unas cajas pequeñas que me vendieron en la oficina de correos y hasta de embalar las revistas con papel que compré en un bazar chino, descubrí que introduciéndolos en sobres medianos y facturándolo como carta, el envío me salía más barato.
Por otro lado, mi pareja se había aficionado a la compra por internet. Empezó comprando ropa y terminó adquiriendo objetos decorativos antiguos y pequeños electrodomésticos para el hogar.
Como a veces sucede, la descripción del producto no se corresponde con la realidad. En estos casos, mi novia devolvía el paquete. Lo hacía en el mismo embalaje donde lo había recibido. Hasta que en una ocasión, cuando devolvió una batidora que no funcionaba, el vendedor se negó a abonarle el dinero porque dijo que el producto había llegado estropeado al almacén. Nos responsabilizó a nosotros por el envío.
Probablemente, la web donde lo compró no fuera de fiar, pero nosotros, por si acaso, empezamos a proteger el interior de las cajas con chips de relleno y papel Kraft, para que el objeto no se moviera, no se rallara y para amortiguar posibles impactos.
Muchos de estos artículos de embalaje los puedes encontrar en la oficina de correos o de la empresa de paquetería con la que trabajas. Yo descubrí, que buscándolos por internet te salen más baratos y son más efectivos. En la red puedes encontrar bastantes tiendas especializadas, como Packing Online, una tienda digital de material de embalaje, con más de 20 años de experiencia, donde recuerdo que llegué a comprar cinta adhesiva y flejes para mis envíos. Este es solo un ejemplo. Internet tiene soluciones para todo.
Recomendaciones de correos.
Correos es la empresa más utilizada para realizar envíos nacionales e internacionales en nuestro país. Hasta Amazon la utiliza con asiduidad. En su web nos ofrece algunos consejos para empaquetar los envíos correctamente. Tanto si utilizamos esta empresa de paquetería como si usamos cualquier otra. Las recomendaciones son:
- Elige el continente adecuado. La caja, sobre o bolsa donde vamos a empaquetar el objeto es importante para que el producto no se estropee y para abaratar los gastos de envío. Debes pensar que el coste del envío se calcula en función del peso y de las dimensiones del paquete. Si el paquete es voluminoso, su coste de envío será superior. Por otro lado, está la protección del producto. Si el artículo es pequeño y frágil, enviarlo en un sobre acolchado parece lo más apropiado. Si enviamos textil es conveniente que lo introduzcamos dentro de una bolsa de plástico sellada. Evitará que la prenda atrape olores y que no se dañe con la humedad.
- Protege el interior para evitar sorpresas. Lo idóneo es que el objeto no se mueva dentro del embalaje. Deberemos protegerlo con algún producto que amortigüe los golpes y que sea resistente. Las perlas de corcho blanco o los plásticos de burbujas son una buena solución.
- Sella bien el embalaje. La caja, sobre o bolsa donde vamos a envolver el paquete debe estar perfectamente cerrado. Que nadie la pueda abrir, y si lo hace, que se note que el paquete ha sido manipulado. De esta manera, nos eximiremos de cualquier responsabilidad. Para ello, cerrar los paquetes con cinta adhesiva de precinto es la mejor opción. Si vamos a enviar el paquete dentro de una caja de cartón, debemos reforzar todas las uniones para que la caja no se pueda abrir por ningún sitio.
- Etiqueta el envío siguiendo las instrucciones del transportista. Lo normal es adjuntar una etiqueta con la dirección de envío y con la del remitente. La dirección debe ser legible, que no dé lugar a interpretaciones erróneas. Si podemos imprimirla desde el ordenador, siempre es mejor que escribirla a mano.
¿Qué debes tener en cuenta en el empaquetado?
Un artículo publicado en el blog del proveedor de almacenamiento web Wix subraya que el empaquetado de un envío es una cuestión importante. El paquete pasará por muchas manos y, por tanto, el empaquetado debe ser resistente y proteger bien su interior.
Lo primero que debemos tener en cuenta son las dimensiones. El tamaño del embalaje se debe adaptar lo máximo posible al del objeto. Piensa que si usamos una caja grande para un objeto pequeño, tiene más posibilidades de que el artículo sufra golpes en el interior.
El material del embalaje es otro aspecto importante. Debemos mirar que sea un material económico y, en la medida de lo posible, que sea sostenible. Que se pueda reciclar y no dañe el medioambiente. El cartón y el papel son las mejores opciones. El embalaje de un envío es un coste que suele soportar el remitente, por lo que si realizamos muchos envíos debemos usar envoltorios que no sean costosos.
La ergonomía del paquete es otra cuestión que debemos considerar. Piensa que el paquete debe almacenarse y transportarse cómodamente. Las cajas cuadradas de cartón y los sobres son las soluciones más adecuadas.
El aislamiento es otro aspecto que debemos tener en cuenta. Debemos proteger el objeto de la humedad, los malos olores y de posibles manchas de aceite o de combustible. Nuestro paquete viajará en vagones de tren, remolques de camión, maleteros de furgonetas o bodegas de avión. No sabemos qué percances puede sufrir en el trayecto. Por eso cubrir el producto con un flete de plástico o introducirlo dentro de una bolsa que se pueda sellar es una alternativa más que recomendable.
Por último, en cuanto a las características del empaquetado, debemos adaptarnos a las necesidades del producto. No hay una solución de empaquetado universal. Cada producto tiene sus peculiaridades. No es lo mismo enviar libros que mandar copas de vidrio.
El empaquetado y la venta online.
El comercio online ha avivado el sector de la logística y de la paquetería. Hoy recibimos y enviamos más paquetes que nunca. El transporte de mercancías ya no atañe principalmente a las empresas. Ha entrado en la vida doméstica. Forma parte de nuestro día a día. Quién más y quién menos recibe paquetes en su casa de productos que ha comprado por internet. A veces, los ciudadanos, incluso, vendemos productos físicos que enviamos a los compradores por mensajería.
Internet ha hecho que el comercio online esté al alcance de todos. Solo hay que ver la popularidad que han alcanzado las aplicaciones de venta de productos de segunda mano. Ahora, cualquiera de nosotros podemos vender la ropa que se nos ha quedado pequeña o que no nos gusta y enviarla a cualquier parte de España o de Europa. Quien dice la ropa, habla de cualquier objeto físico.
Podemos, además, si queremos, montar una pequeña tienda online y vender productos por internet. No voy a ser un gurú del marketing y decirte que con ello te vas a hacer rico. No es tan sencillo como algunos lo presentan. Lo que sí es cierto es que con ello puedes tener una fuente adicional de ingresos. Una entrada extra de dinero, que tal y como va la vida, a nadie nos viene mal.
Esto nos lleva a que la gente vayamos adquiriendo conocimientos de paquetería. A que aprendamos a embalar bien los paquetes y a enviarlos con empresas de transporte económicas y efectivas.
Realizar bien un envío se ha convertido en una habilidad que nos viene bastante bien en la vida cotidiana y, ¿por qué no?, puede que también en la profesional.