Uno de los enemigos de la salud y de las estructuras de una casa o piso, son las humedades. Si estas no son atacadas a tiempo, pueden derivar en graves problemas que pueden llegar a afectar hasta los cimientos de una propiedad y por supuesto, enfermar a los habitantes de la misma.
El problema es que las humedades no se ven desde el primer momento y suele pasar mucho tiempo antes de que se generen cambios visuales que puedan percibirse por los propietarios. Otro aspecto a considerar, es que por lo general no sabemos qué causan las humedades y mucho menos, como solucionarlas.
Para comprender a qué nos enfrentamos, hemos contactado con los profesionales de Planit, especialistas en humedades.
¿Cómo identificar las humedades en casa?
Cuando un hogar sufre un problema de humedades, son varios los síntomas que lo evidencian. Si en casa hay algunos de los síntomas de los que hablaremos a continuación, probablemente tienes un problema de humedades. Si bien la intención no es crear una sensación de alarma o de peligro, si es importante que en caso de tener este problema, se comience a planificar su solución cuanto antes. Para saber si tu casa sufre un problema de humedades, es importante que detectes los problemas que estas ocasionan:
- Manchas grises o negras o moho: pueden aparecer en cualquier sitio y sobre cualquier superficie, especialmente en espacios húmedos y poco ventilados. Este problema puede perjudicar a personas con problemas respiratorios o alergias.
- Ácaros y hongos: estos organismos pueden aparecer en estancias húmedas y con poca luz, desfavoreciendo las condiciones salubres.
- Olores fuertes: los espacios que permanecen cerrados durante mucho tiempo y mal ventilados son propensos a oler a humedad y suelen ser los primeros sitios en los que se acumulan las manchas o el moho. Garajes, trasteros y sótanos son algunos ejemplos.
- Deterioro general: las humedades pueden traer una serie de desperfectos a tu hogar: pintura desconchada, muebles de madera que se pudren, metales que se oxidan, manchas de salitre o eflorescencias, azulejos húmedos… La acumulación de humedad en el ambiente puede provocar grandes pérdidas y daños sobre muchos objetos.
- Problemas de salud: es importante recordar que las consecuencias de la humedad no solo atañen a desperfectos físicos de los muebles y la vivienda, sino también en problemas de salud. Hay que tener especial cuidado con personas con problemas respiratorios, niños, ancianos o personas con alergias.
Es importante que se entienda que no todas las humedades producen los mismos síntomas y que podemos encontrarnos con diferentes elementos que nos pueden ayudar a identificar que tipo de humedad tenemos en casa.
¿Cuáles son los tipos de humedad, las causas que las producen y las posibles soluciones al problema?
Cuando hablamos de humedades, los tipos, las causas de su aparición y la solución al problema van de la mano, pues una está directamente relacionada a la otra. Es por ello que las trabajemos en conjunto, de manera que podamos entenderlo desde un punto de vista más amplio. Las humedades que podemos encontrar en casa, son las siguientes:
- Humedades por capilaridad
Estas son aquellas que se suelen producir cuando los terrenos en los que se asienta la vivienda son muy húmedos y los cimientos no están bien aislados. Si hay un alto nivel de aguas subterráneas en la zona y además, estas se encuentran muy cerca de la superficie, la humedad puede alcanzar los cimientos y ascender por ellos hasta el interior de la propiedad.
Son fácilmente identificables, pues se dejan ver en forma de manchas en las paredes de sótanos y garajes, aunque también pueden ascender a las plantas altas, por el interior de los muros, dañando el mortero, el hormigón, los ladrillos o cualquier otro material de construcción. Su aumento y avance suele ser más lento que el del resto de humedades, pero no por ello deja de ser peligroso, por lo que a la hora de identificarse es importante comenzar los trabajos de reparación, para evitar males mayores a la propiedad.
Para evitar este tipo de humedades, es necesario realizar una impermeabilización efectiva en todo el perímetro del edificio, especialmente en la zona que está en contacto con el terreno, partiendo de los cimientos. Eso se consigue colocando en obra una lámina bituminosa o de material plástico de PVC o polietileno y levantar sobre ella los muros. También se puede drenar el agua del terreno e, incluso, poner en práctica las dos propuestas para asegurar que no existirán nuevas humedades.
- Humedades accidentales
Se producen de manera accidental, es decir, pueden ser provocadas por la rotura en una instalación que lleve agua, como una tubería (ya sea de suministro o de desagüe). A veces la rotura de estas tuberías se produce porque los materiales se dilatan y contraen y pueden provocar fisuras en las uniones entre piezas.
En cualquier caso, estas son fáciles de identificar, ya que el problema de humedad está muy localizado en un punto concreto. Eso significa que las manchas aparecen de repente en una zona de la casa de forma muy delimitada. En algunas oportunidades se pueden formar goteras en el techo, que empeoran cuando se abre un grifo determinado, cuando llueve, etc.
Esta es una de las humedades más fáciles de corregir, pues la solución pasa por detectar y reparar la tubería dañada, a lo cual se le suma la necesidad de realizar un correcto mantenimiento preventivo de la vivienda.
- Humedades por filtración
Estas se producen cuando el agua procedente del exterior o de canalizaciones encuentra una vía de entrada directa al hogar, filtrándose a través de materiales porosos o de estructuras defectuosas. Este tipo de entrada puede producirse muy lentamente y durante mucho tiempo antes de que la humedad se muestre lo suficiente para ser detectada. En algunas ocasiones resulta difícil localizar el origen, ya que puede estar alejado de donde han aparecido las manchas de humedad.
Las filtraciones pueden producirse en cualquier lugar: en los techos a causa de pequeñas goteras; en paredes interiores por pequeñas fugas en los conductos de agua; también en las paredes exteriores por una mala impermeabilización de la fachada; los sótanos y garajes por ausencia de impermeabilización en sus paredes enterradas; los cuartos de baño por el deterioro de las juntas de la bañera o ducha y de los azulejos. Muchas pueden ser las razones para que se produzca una filtración.
En la mayoría de los casos, las humedades por filtración provocan el desprendimiento de los materiales de acabado y con el tiempo, si no se solucionan, pueden provocar daños importantes a nivel estructural. Entendiendo esto, la mejor manera de evitar filtraciones es asegurarse de que la vivienda cuenta con una buena impermeabilización de las fachadas y las cubiertas.
A su vez, es crucial mantener en buen estado los materiales y estructuras de la casa, eso significa, trabajar en un mantenimiento preventivo y correctivo eficiente, es decir: reparar inmediatamente las tejas que se rompan, rellenar las juntas deterioradas en la fachada, instalar correctamente ventanas y puertas sin dejar ninguna fisura, utilizar los materiales adecuados para hacer empalmes de fontanería, etc.; ya que de esta manera nos aseguramos de evitar fugas que pueden convertirse en filtraciones.
- Humedades por condensación
Son las más frecuentes en casas o en pisos, sin importar la altura del edificio, ni el nivel en el que se encuentre la vivienda. Estas se producen cuando existe una alta humedad ambiental y el vapor de agua que existe en el aire entra en contacto con una superficie muy fría (paredes, ventanas o azulejos), convirtiéndose en gotas de agua que se van acumulando hasta crear una humedad, esto produce en la vivienda moho, malos olores y deterioro de los materiales.
Existen dos tipos de humedades por condensación, estos son:
- Condensación superficial: es la que se produce en el interior de la vivienda, sobre todo en superficies porosas (como las ventanas que tienen zonas de puente térmico y no están lo suficientemente aisladas). También son frecuentes en baños y cocinas, donde suele haber más vapor.
- Condensación intersticial: suele producirse en el interior de los cerramientos, por la falta de ventilación.
Este tipo de humedades son las más fáciles de resolver y de evitar; ya que con una buena ventilación de la casa se evita en gran medida la humedad por condensación. Por lo general, basta con abrir las ventanas de todas las habitaciones unos 10 minutos al día para que se renueve el aire.
Sin embargo, si el problema es muy grave, se puede instalar en casa un sistema de ventilación mecánica controlada, que se compone de una caja extractora central y un circuito de rejillas y extractores conectados. Este tipo de sistemas permiten la renovación del aire de la vivienda sin pérdidas de energía en forma de calefacción.
Si se quiere tener una vivienda segura tanto a nivel estructural como en lo que se refiere a la salud de los habitantes, es fundamental estar muy atentos a las humedades que pudieran existir en casa. El mantenimiento preventivo y la limpieza es fundamental, pues de esa manera podremos notar si hay irregularidades que debamos atender. Y si ese es el caso, lo más recomendable es buscar ayuda profesional que pueda evaluar hasta donde llegó el daño y que puede hacer para solucionar el problema a la mayor brevedad posible.